Hoy se “” el día internacional del yaguareté, pero, hay poco para celebrar en Argentina. Los últimos ejemplares enfrentan caza indiscriminada, atropellos, represalias por depredar ganado y la inacción de las autoridades. Las condenas brillan por su ausencia, las multas son irrisorias y no se implementa efectivamente el Plan Nacional de Conservación, ni los planes regionales: el chaqueño está vencido y los demás apenas avanzan.
En Santiago del Estero no hay registros de yaguaretés en más de una década; el Valle del Cuña Pirú lleva casi tres años; Yabotí necesita ser suplementada para evitar la extinción, atormentada por una caza que ni siquiera el mejor de los cuerpos de guardaparques del país como es el misionero (y uno de los mejores del planeta) puede detener sin un equipamiento y respaldo adecuados.
En las Yungas, la inaccesibilidad es su mayor defensa, pero las políticas son nulas: se reportan extinciones locales en Orán y áreas marginales. Según PN, en 2024 se perdieron un 30% de su población de yaguaretés, con apenas 80 ejemplares, no los 120 estimados.
Las dos causas principales de extinción de la especie no cuentan con un plan claro y sistemático para abordarlas: la caza por esparcimiento y represalias por ataques al ganado, carecen de un plan claro. A pesar de los grandes avances obtenidos en esa materia, no existe un solo programa desde el Estado (Nacional ni de los provinciales) para cambiar una realidad que ya cuenta con soluciones comprobadas y un sector ganadero ávido de ser ayudado, contra lo que la mayoría cree.
Prácticamente no existen reportes oficiales de las acciones prioritarias, y debemos limitarnos a leer o escuchar notas periodísticas incluso de aquello que es financiado con los impuestos de la ciudadanía. Estamos cerca de contar con más “actores” trabajando por los yaguaretés, que yaguaretés.
No festejamos nada, pero eso sí, como siempre no bajamos los brazos y los invitamos a que elevemos el tono del reclamo, la participación directa y compromiso de los funcionarios, políticos, instituciones y organismos responsables de que tengamos realmente motivos para celebrar.
¡ é, !