Un golpe más al desempleo y la pobreza.
Sin dudas actualizar los ingresos de los trabajadores en contextos inflacionarios, es uno de los mecanismos más importantes para mover la economía de un país. Pero cuando la decisión es parcial por el simple hecho de que la devaluación monetaria la sufrimos todos, se complejiza para el sector afectado por dicha medida, más aún si no cuenta con básicas y simples garantías: Previsibilidad y estabilidad económica concreta.
La fuerte caída del consumo, los cierres en el sector Pyme, por inflación y pandemia es una dura realidad que pocos internalizan.
La reciente renegociación paritaria para el sector Comercio de una suma fija de $4.000 en agosto y un 9% de aumento en noviembre que elevará al 42% el incremento anual del 32% pactado en abril pasado, no deja otro mensaje, entre líneas, de que el sector empleador no es escuchado, aun así, con la prueba real y genuina que muestran cada mes los informes provistos por los diferentes observatorios estadísticos de mercado, anunciando lo único previsible por ahora, crisis y mortandad de más Pymes.
“El hilo no se puede seguir cortando siempre por el mismo lado”
Es fundamental desarrollar una economía que beneficie a todos. Empleados y empleadores. Juntos y siendo empáticos debería funcionar. Son piezas de un mismo mecanismo.
El que produce, genera y consume.